PERSONAJES
PRINCIPALES POR ORDEN DE APARICIÓN EN EL RELATO:
Músico: No cita el
nombre.
Hermano: Fraile de la Abadía.
Rabadán (pastor): No
cita nombre.
UBICACIÓN: Abadía de
Fitero
RESUMEN DE “EL MISERERE”
El encuentro
de unos viejos cuadernos de música de un Miserere, en la Abadía de Fitero, con unas
extrañas y lúgubres indicaciones al final, dan paso al relato que justifica por
qué está inacabado
PARTE I
Un romero
llega en una noche lluviosa a la abadía, buscando cobijo. Allí es atendido
por un hermano que le pregunta por el
objeto de su viaje.
El caminante es un músico, cuyo arte le sirvió en juventud
como instrumento de seducción que le llevaría a cometer un crimen, del que,
sintiéndose profundamente arrepentido, ahora quiere redimirse igualmente con la
música, mediante la composición de Miserere, como nunca antes hubo otro. Ha
viajado por muchos países buscando fuente de inspiración, pero no la encuentra,
aunque piensa que los ha oído todos. Es entonces cuando le hablan de uno que
seguro no ha oído, el Miserere de la Montaña.
Al parecer, hace muchos siglos habitó aquellas tierras un
señor que desheredó a su hijo, y con sus bienes construyó un monasterio. Una
noche de Jueves Santo, justo cuando los monjes entonaban un Miserere, el hijo
despechado y sus secuaces, prendieron fuego al convento, matándolos a todos. Desde
entonces, todos los Jueves Santos, se produce un portento, desde la lejanía
pueden verse luces, a través de las ventanas de la iglesia, acompañados de
extraños y lúgubres ecos que, según se dice, entonan los monjes que quizá
murieron sin estar preparados.
Llegada a la Abadía de Fitero |
Fuego y Muerte en el Monasterio |
PARTE II
Llegado el
músico a las ruinas en la tormentosa noche y tras una larga espera, nada
sucede, lo que le hace pensar que quizá lo hayan engañado. Pero cuando menos lo
esperaba, un reloj inexistente dio hasta once campanadas, mientras toda la
ruinosa estancia se iluminaba misteriosamente, con una lúgubre luminiscencia.
Con incomprensibles movimientos espasmódicos, la derruida iglesia comienza a
reconstruirse. Un murmullo de voces comenzó a elevarse desde la tierra.
Fue entonces,
cuando el músico pudo ver horrorizado como del fondo de las aguas donde fueron
arrojados, los descarnados monjes, cubiertos por los jirones de sus hábitos,
ascendían por la peña, entonando el primer versículo del Miserere de salmo de
David:
¡Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam
tuam!
Ascenso por la peña de los Monjes descarnados |
La fúnebre
ceremonia sigue desarrollándose en aquella onírica situación para el romero,
hasta que se sintió sacudido, llegado el punto en que los monjes entonaron
estas duras palabras del Miserere:
In iniquitatibus
conceptus sum: et in peccatis concepti me mater mea.
Todo el
dramatismo, torna glorioso cuando cantando:
Auditui meo dabis
gaudium et loetitiam: et exultabunt ossa humiliata.
Todo se
desborda con luminosas visiones celestiales que provocan que el músico caiga
inconsciente ante tal esplendor.
PARTE III
Al día
siguiente, el romero se presentó en la Abadía , donde con sorna preguntaron si había
escuchado el Miserere. Todos pensaron que había enloquecido al afirmalo, pero
no obstnate accedieron a darle comida y cobijo durante un tiempor en el que
escribiría la prodigiosa música del Miserere.
Así lo hizo
hasta que llegando al último versículo, no pudo hacerlo por más que lo intentó,
enloqueciendo y muriendo finalmente.
Así lo guardaron los monjes, inacabado.
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